Además de los éxitos deportivos que la llevaron a Beijing 2008, Bibiana Candelas superó su rival más difícil: el cáncer
Por Rebeca Ruiz | Redacción Nacional CONECTA - 24/04/2024 Fotos Kevin Chaires

Con sus 1.96 metros de estatura, enfundada en ropa deportiva, Bibiana Candelas, exvoleibolista olímpica de Beijing 2008, inicia el entrenamiento.

La actual entrenadora del equipo de voleibol femenil del Tec campus Monterrey inicia compartiendo indicaciones y algunos consejos a sus jugadoras. 

En su vida ha enfrentado retos: pasar del voleibol de sala al de playa, el camino para ganar su boleto a los Juegos Olímpicos.

Pero esto no se compararía con su rival más difícil que ha enfrentado: el cáncer.

La originaria de Torreón, Coahuila, fue diagnosticada con linfoma de Hodgkin, una enfermedad en la que se forman células cancerígenas en el sistema linfático.

 

 

Llega a su vida un invitado no deseado

Sentada en el segundo piso del Wellness Center del campus Monterrey, Bibiana relata cómo fue enfrentar el cáncer.

“Traté de vivir como si fuera un juego más, una competencia más, pero con un rival más importante. Traté de verlo así con las mismas herramientas que obtuve como jugadora.

 La mentalidad jugó un papel importante en la lucha contra esta enfermedad: mantenerse positiva hizo que su lucha fue más llevadera, comenta la también egresada de EGADE Business School. 

“Tenía que ser disciplinada en mi tratamiento, ser constante, apoyarme en mi red, que en este caso fueron mi familia, mis amigas y compañeros del trabajo.

Sabía que a través de la disciplina, de la constancia, del trabajo en equipo, de la resiliencia, podría lograr muchas cosas, y no en la parte deportiva, pero eso no era muy diferente a esta enfermedad".

 

“Traté de vivir como si fuera un juego más, una competencia más, pero con un rival más importante. Traté de verlo así con las mismas herramientas que obtuve como jugadora”.

 

 

Supera enfermedad y recibe noticia que le cambia la vida

Bibiana menciona que estaba convencida de este reto lo iba a superar.

"Y gracias a Dios se dieron las cosas”, recuerda.

Luego de tres años de tratamiento, quimioterapia y un trasplante de médula ósea, Bibiana Candelas tuvo resultados favorables.

“Ahora me encuentro en mi cuarto año de remisión. Después de los 3 años de tratamiento y trasplante que fue en el 2020, comencé mi etapa de remisión, y gracias a Dios, ahora estoy disfrutando de mi vida, dijo.

Luego de dar vuelta a la página de la enfermedad, Bibiana recibió la noticia de que iba a ser mamá.

 “Me dijeron que a lo mejor no podía embarazarme, (pero) me embaracé a los 3 meses de haber empezado a trabajar y eso es lo más bonito que me ha pasado, mi mejor premio, mi mejor medalla, mi mejor regalo.

“Es algo que te llena totalmente, a mí me motiva a ser mejor persona: ser mejor mamá, mejor esposa, mejor coach, mejor amiga. Creo que es un sentimiento que no puedes replicarlo en otra cosa más que con tu hijo”,

 

Traté de vivir como si fuera un juego más, una competencia más pero con un rival más importante”.

 

 

Primer sueño cumplido: jugar en NCAA

Bibiana tuvo su primer acercamiento al voleibol cuando tenía 9 años, durante un verano, sus papás la llevaron a practicar deporte.

Tres años después, compitió en su primer campeonato nacional representando a Coahuila y un año más tarde, recibió el llamado a selección nacional.

“A los 13 años ya estar con las mejores jugadoras de tu país para mí era increíble, eso me motivó mucho para que yo continuara trabajando fuerte.

A esa edad, recuerda haberle dicho a su papá que un día llegaría a jugar en Estados Unidos.

 

 

“A los 17 años fue cuando tenía este sueño de estudiar en Estados Unidos para jugar la liga colegial de allá (NCAA), sabía que era una liga de muy buen nivel”.

Para conseguir ese sueño, Bibiana tuvo que dejar su tierra natal: emigró a Puerto Rico para estudiar y de ahí recibió la invitación para unirse a la Universidad del Sur de California.

En su estancia en Estados Unidos, logró el título de la NCAA en el 2002 y 2003, además fue nombrada tres veces como All American, que se da a las mejoras jugadoras de la liga colegial.

 

Bibiana Candelas durante un entrenamiento con el equipo de voleibol de Borregos femenil. Foto: Kevin Chaires
Bibiana Candelas durante un entrenamiento con el equipo de voleibol femenil

De la duela a la arena para alcanzar Juegos Olímpicos

 

Una de las decisiones más difíciles, pero también más gratificantes para Bibiana fue el cambiar de especialidad, pues dejó el voleibol de sala para ser jugadora de voleibol de playa para alcanzar el sueño de los Juegos Olímpicos

Sin embargo, se topó con comentarios desalentadores, a los cuales no cedió.

“Me decían que estaba tomando la peor decisión de mi vida, que iba a acabar con mi carrera deportiva, porque nunca había hecho voleibol de playa.

“Me decían que estaba muy alta, que me iba a caer en la arena, que era muy lenta y me decían mucho el porqué no (debía tomar esa decisión)”, contó la deportista.

La meta la tenía fija: representar a México en unos Juegos Olímpicos, por ello, se rodeó de personas que tenían el mismo objetivo.

“Conseguí una compañera que se llama Mayra García y al entrenador Salvador González y los tres estábamos convencidos de que podíamos hacerlo.

 

“Me decían que estaba tomando la peor decisión de mi vida, que iba a acabar con mi carrera deportiva, porque nunca había hecho voleibol de playa.

 

 

Aunque el camino no fue sencillo, finalmente la recompensa llegó para la coahuilense al conseguir la clasificación a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

“El sentimiento de estar en unos Juegos Olímpicos, creo que no hay manera de describirlo. Una vez que logramos ese sueño de clasificar, lo que más te viene a la mente es todo ese camino que recorriste.

Además de llegar a Juegos Olímpicos, Bibiana es medallista de bronce en los Panamericanos de Río 2007 y Guadalajara 2011. También obtuvo el oro en los Centroamericanos en el 2010.

 

 

Entrenadora Tec y maternidad: su nuevo camino

Hoy en día, Bibiana tiene un nuevo reto, fue nombrada coach del equipo femenil de voleibol del Tec campus Monterrey, actividad que combina con su maternidad y su familia.

En el 2017, una amiga le contó que el Tec buscaba una coordinadora de Atlético y Deportivo a nivel nacional, así que Bibiana aplicó a la vacante y la eligieron para ser colaboradora de la institución educativa.

“A partir de ahí comencé otra etapa de mi vida, ya como colaboradora y como parte del Tecnológico de Monterrey, ya no como estudiante.

“En el 2020 se abrió la vacante de coach de voleibol femenil aquí en campus Monterrey y pues no la pensé dos veces en aplicar. Y a partir de septiembre del 2020 continué esta nueva etapa como entrenadora” comentó.  

Al hacer un recuento de su vida, y pensar en el presente, concluye:

“Al principio para mí fue muy frustrante. Cuando ves todo el trabajo, toda la dedicación, lo único que piensas es: 'Ya lo logré, voy a disfrutarlo voy a dar lo mejor de mí'”.

 

 

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