Profesora del Tec habla sobre los planes y retos presentados por el presidente Joe Biden a 100 días de su mandato.
Por GABRIELA DE LA PAZ | ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y GOBIERNO - 05/05/2021 Fotos AFP

Gabriela De la Paz | Opinión | Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno

La semana pasada el presidente de Estados Unidos Joe Biden dio un discurso en una sesión del Congreso en la que esbozó los planes más importantes de su Administración, que son tan ambiciosos como los retos que tiene por delante.

Biden mencionó cómo se hacía historia esa noche. Por primera vez en la historia de su país el Congreso estuvo presidido por dos mujeres: Nancy Pelosi, líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, y la vicepresidenta Kamala Harris, que preside el Senado.

Frente a una audiencia escasa, de acuerdo con las restricciones de las medidas de seguridad sanitaria que hacían patente la crisis que vive el mundo entero, Biden enunció los grandes retos que enfrenta Estados Unidos: la pandemia, la peor crisis económica desde la Gran Depresión y el ataque al Capitolio del 6 de enero.

La esperanza residía en el mensaje contundente de un ambicioso plan de Gobierno. Al contrario de Ronald Reagan que proclamó que el Gobierno era el problema, no la solución, Biden afirmó que el Gobierno es la solución a estos problemas.

 

Capitolio, Estados Unidos

 

Y como Franklin Delano Roosevelt hiciera con la Gran Depresión, usando todo el poder a su alcance para restablecer la economía, Biden mencionó como un logro de ambos partidos haber enviado más de 160 millones de cheques de rescate por mil 400 dólares al 85 por ciento de los hogares estadounidenses.

Resaltó el esfuerzo bipartidista que hizo posible esta acción, mostrando que se puede lograr mucho si los dos partidos trabajan juntos. Esto fue ya una diferencia con la Presidencia anterior. En total piensa gastar 6 billones de dólares en sus planes de rescate económico, empleo y apoyo familiar.

El plan incluye crear nuevos empleos bien pagados con un salario mínimo de 15 dólares por hora, que no requieran un grado universitario; es un gancho a los votantes republicanos que están desempleados y que en buena parte están en los estados que fueron clave para su victoria como Pensilvania, Michigan y Wisconsin. También, hacer que la gente recupere los que tenía antes de la pandemia.

Biden no se quedó corto al proponer un incremento de impuestos a quienes ganen más de un millón de dólares al año. Mencionó que "650 personas aumentaron su riqueza en más de 1 billón durante esta pandemia y ahora valen más de 4 billones".

Criticó que los pasados recortes de impuestos contribuyeron a salarios más elevados de los CEOs y que eso incrementó la brecha salarial. Debió decir que Warren Buffett, Jeff Bezos y Bill Gates están de acuerdo en que deben y quieren pagar más impuestos.

Pero en Estados Unidos hay una desconfianza tradicional hacia el Gobierno federal, simple y sencillamente porque quieren evitar el asistencialismo que en México y otros países vuelve dependiente a la gente de las dádivas oficiales.

Esto es lo que lleva a los republicanos a oponerse sistemáticamente a cualquier incremento de impuestos, aun cuando las cifras del déficit actual, 3.1 billones en el año fiscal 2020, deberían convencerlos de que es tiempo de subir impuestos y de gastar menos en defensa.

"650 personas aumentaron su riqueza en más de 1 billón durante esta pandemia y ahora valen más de 4 billones" .-Joe Biden


Al igual que Lyndon B. Johnson, Biden tiene una relación especial con los afroamericanos. Le ayudaron a obtener la nominación demócrata y la Presidencia, por lo que urgió al Congreso a trabajar en erradicar el racismo sistémico del sistema judicial y reformar a la Policía.

Aunque sale de Afganistán, en materia de política exterior Estados Unidos vuelve por sus fueros, intentando recuperar el liderazgo al regresar a los Acuerdos de París y abanderar los esfuerzos contra el cambio climático.

Tendrá que trabajar duro para convencer a los aliados que pueden volver a confiar en Washington y replantear la relación con China y Rusia, y aunque no quiso verse beligerante, dejó muy en claro que se opondrá a las prácticas comerciales injustas, subsidios, robo de tecnología y propiedad industrial. Con ambos, la democracia y el respeto a los derechos humanos también hay grandes diferencias.

Sin embargo, la reforma migratoria tan ambiciosa puede reducirse a alguna ley que sólo beneficie a los "dreamers" y que no arregle un sistema obsoleto y enredado.

Puede limitarse al plan de Kamala Harris para controlar la migración indocumentada desde Centroamérica. Dependerá en gran parte de los republicanos y de nuestro Presidente. Hay que estar atentos.

 

La autora es profesora del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey

** Este texto fue publicado el 5 de mayo de 2021 en los diarios Reforma, El Norte y Mural, y se reproduce con permiso.

 

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